La Segunda Guerra Mundial en Asia tiene un buen número de hechos prácticamente desconocidos. Uno de ellos fue el peligroso paso de la cordillera más alta de la Tierra que realizaban los aviones aliados para abastecer de pertrechos a las tropas chinas que luchaban contra Japón en lo que las tripulaciones llamaron "La Joroba", "el sendero de aluminio" o "el sendero luminoso".
A comienzos de 1942 los japoneses habían conseguido llegar a la parte nororiental de la India, que por entonces se encontraba bajo gobierno británico, cerrando de este modo a ruta terrestre hacia China a través del norte de Birmania. De este modo establecer un corredor aéreo se convirtió en la única opción posible, aunque supusiera un elevadísimo riesgo. Incluso en la actualidad las rutas comerciales rodean la imponente cordillera del Himalaya.Desde el 8 de abril de 1942, y durante tres años y medio, los aliados mantuvieron una vital ruta de transporte aéreo con la que enviaron 650.000 toneladas de suministros desde Assam y Bengala para aprovisionar a las fuerzas chinas que luchaban en Kunming y Chungking cruzando el Himalaya por Arunachal Pradesh, en el noreste de la India. Pero esa ayuda tuvo un coste humano y material que supuso perder casi seiscientos aparatos y más de mil seiscientos muertos y desaparecidos.
La ruta de 800 kilómetros era tremendamente peligrosa. Había que volar sobre aldeas instaladas en pendientes pronunciadas, hondos desfiladeros y valles surcados por estrechos arroyos y ríos. Los vuelos, que en muchas ocasiones realizaban jóvenes e inexpertos pilotos se encontraban con un clima que cambiaba a cada minuto y cada kilómetro. A las altitudes que volaban, el hielo podía congelar los aparatos y las tormentas primaverales, con fuertes vientos, nieve y granizo supusieron un auténtico desafío. Durante la misma tormenta 9 aparatos se estrellaron, perdiendo a 27 tripulantes y pasajeros. Debido a las potentes turbulencias y la escasa visibilidad, los aviones se desviaban tanto de su rumbo que se estrellaban contra montañas que los pilotos ni siquiera sabían que estaban ahí. Los aviones de transporte, generalmente muy cargados, cogidos por una corriente descendente, podían reducir bruscamente su altitud más de 1.500 metros para a continuación ascender con la misma rapidez. En una ocasión un Curtiss C-46 Commando, con el que se hacían la mayoría de los viajes, terminó estrellándose del revés después de toparse con una de estas corrientes a 7.600 metros de altitud. En otro accidente a causa del hielo un avión que transportaba soldados chinos sin paracaídas tuvo que hacer un aterrizaje forzoso. El copiloto y el operador de radio saltaron y estuvieron perdidos durante dos semanas hasta que unos nativos los encontraron. Estos viajes tambien se realizaban en Douglas C-47 Skytrain o con algunos de los más pequeños Beechcraft C-45 Expeditor.A pesar de haber pasado muchas décadas la Agencia de Contabilidad de Prisioneros de Guerra y Perdidos en Acción del Departamento de Defensa de Estados Unidos, encargada de los soldados desaparecidos en combate, ayudada por expertos en rescates en alta montaña, escaladores, médicos y arqueólogos forenses aún siguen buscando los cuerpos de los desaparecidos atravesando selvas y superando altitudes de más de 4.500 metros. Desde 2009 han logrado encontrar una veintena de aviones estrellados y los cuerpos de algunos de sus tripulantes.
En 1945, la madre de Joseph Dunaway, un piloto desaparecido escribió:
¿Dónde está mi hijo? Me encantaría que el mundo lo supiera
¿Ha cumplido su misión y ha dejado la tierra abajo?
¿Está allá arriba en esa hermosa tierra, bebiendo en las fuentes,
o sigue siendo un vagabundo en las selvas y montañas de la India ?
Para saber más:
El Diario
Wikipedia
Nueva Rioja
Papel y Tinta
Infobae
BBC