Las imágenes que ilustran este artículo fueron tomadas por el fotógrafo finés Osvald Hedenström en 1941. Parecen mostrar algo inaudito: Árboles que vuelan sobre una carretera. Pero no es lo que parece. Es todo una ilusión óptica.
Un hecho bastante conocido es como los estadounidenses consiguieron camuflar toda una factoría en la que se fabricaban aviones para que pareciese una parte de una ciudad. Se construyeron casas falsas, calles falsas y ciudadanos falsos. Durante la guerra, se crearon, además, casas falsas que camuflaban búnkeres, falsos ejércitos de cartón-piedra y goma, o se pintaban barcos, tanques o aviones para que no fueran visibles para el enemigo. Y lo que vemos en las fotos es un ejemplo más de camuflaje.Estas imágenes fueron tomadas en Finlandia, un país cubierto en su gran mayoría por árboles, durante la llamada Guerra de Continuación, y el país nórdico necesitaba fotógrafos para su propaganda. Hedenström se dedicaba al fotoperiodismo, acababa de casarse y había fundado su propia agencia fotográfica. Entre sus colegas, se hizo muy conocido por usar todo tipo de trucos para conseguir originales instantáneas. A comienzos del verano de 1941, formaba parte de una unidad finlandesa bajo mando alemán cuando se encontró bajo los árboles colgados. Los fineses supieron aprovechar que más dos tercios de su superficie está cubierta de árboles. En lugar de usar redes de camuflaje, decidieron utilizar árboles para esconderse del enemigo. Estaban acostumbrados a la naturaleza y supieron aprovechar el bosque.
Lo que resulta paradójico es que desde la carretera los árboles y las ramas parecen levitar y no aparentan camuflar nada. La respuesta está principalmente en la perspectiva. Los militares fineses colocaron árboles a lo largo de las carreteras de manera estratégica, sujetos por unos cables a unos postes colocados a los lados. Esta carretera es el camino a Raate, a unos 10 kilómetros de la frontera soviética, donde había una torre de vigilancia. Desde ese punto de observación, la línea que formaban estos árboles voladores se percibía de forma ininterrumpida, lo que impedía que el enemigo pudiera ver con claridad la carretera o sus puntos de acceso. Esta táctica de camuflaje se extendió a una gran variedad de equipos militares, desde tanques hasta simples bicicletas, pasando por navíos de guerra o aeródromos. Lo mismo hicieron con nieve, utilizando sábanas blancas como camuflaje, haciendo que se mimetizaran con el entorno.Osvald Hedenström |
Para saber más:
Gizmondo
La Piedra de Sisifo
Atlas Obscura
Periodismo
Computer Hoy
Una idea curiosa, Juanjo.
ResponderEliminarHabía oído hablar de ellos e incluso había visto la primera fotografía.
Un artículo muy completo.
Un fuerte abrazo :-)