domingo, 28 de julio de 2024

¿Por qué los alemanes no invadieron suiza?

A finales de 1940, la Wehrmacht alemana ya había invadido sus países vecinos. ¿Todos? ¡No! Solo la pequeña y valiente Suiza permanecía libre. Vaya, parece que esté comenzando un comic de Astérix.

¿Por qué los alemanes no invadieron suiza?
Vayamos a lo serio. ¿Por qué Adolf Hitler perdonó a los suizos? Hasta el día de hoy, todavía abunda el mito sobre que esta pequeña nación alpina y su ejército suizo habría repelido al invasor nazi si los hubieran atacado. No es que no existiera un plan. Al contrario, ya se había elaborado la “Operación Tannenbaum” u “Operación Árbol de Navidad”, en la que participarían entre 300.000 y 500.000 soldados alemanes e italianos. Además, Heinrich Himmler tenía a varios candidatos para el puesto de Reichskommissar o Comisionado del Reich para el territorio suizo ocupado.

La mayor parte de los líderes nazis opinaban que Suiza era un país predominantemente germánico y que seguiría el ejemplo de Austria cuando llegara el momento con lo que se uniría al Reich de un modo pacífico. Lo cierto es que eso son pasaba por la cabeza de los suizos, aunque había bastantes simpatizantes nazis. Cuando Hitler llegó al poder en 1933, la organización suiza de extrema derecha Frontenfrühling o Frente de Primavera cobró vida. El miedo a los comunistas y el odio a los judíos era creciente en Suiza. Sin embargo, el Frontenfrühling solo obtuvo menos del diez por ciento de los votos en las elecciones y muy pocos promovieron un Anschluss con el Reich alemán.

¿Por qué los alemanes no invadieron suiza?

Hitler, por su parte, el 23 de febrero de 1937 prometió en Berlín, que Alemania no atacaría a la Confederación Suiza. Aunque, a tenor de los hechos, esa declaración significaba muy poco.

El 30 de agosto de 1939, la Asamblea Federal de Suiza eligió a un General, un rango militar que solo se otorga en tiempo de guerra o emergencia nacional. El elegido fue Henri Guisan. Bajo su mando, los suizos también comenzaron sus preparativos ante una posible invasión alemana. El gasto militar se incrementó en un plan plurianual que costó cientos de millones de francos suizos. Tras la invasión alemana de Polonia y la declaración de guerra de Gran Bretaña, Guisan ordenó una movilización general. Cuando Francia cayó un año después y Suiza quedó virtualmente rodeada, se elevó la edad de servicio militar obligatorio a los 60 años.

En el caso de un ataque alemán, el ejército suizo, que alcanzaba los 800.000 hombres después del servicio militar obligatorio, y todas aquellas personas que pudieran se retirarían a la llamada Reduite National, la defensa natural de los Alpes. Guisan opinaba que los alemanes podrían tener las llanuras suizas y las ciudades, pero que jamás lograrían conquistar la "Fortaleza de los Alpes".

¿Por qué los alemanes no invadieron suiza?
Hitler nunca dio el visto bueno para que la “Operación Tannenbaum” se llevara a cabo. Pero debido a sus comentarios no es entendible. En junio de 1941, durante una reunión con Benito Mussolini, y su ministro de Relaciones Exteriores, Galeazzo Ciano, Hitler expresó su opinión sobre Suiza:

Suiza posee el pueblo y el sistema político más repugnante y miserable. Los suizos son los enemigos mortales de la nueva Alemania.

En agosto de 1942, Hitler describió Suiza como “un grano en la cara de Europa” y como un país que ya no tenía derecho a existir. Además, denunció a los suizos como “una rama mal nacida de nuestro pueblo”. Por ello se ve que no los tenía en mucha estima.

Entonces, ¿Cuáles fueron los motivos para no invadir el país de los Alpes?

Alemania estaba demasiado ocupada con la Batalla de Inglaterra y, más tarde, con la invasión de la Unión Soviética para preocuparse por Suiza. Además, los suizos eran demasiado útiles como país independiente.

Hitler no era tan tonto como para atacar a su propio banquero. La llamada neutralidad suiza fue un clarísimo ejemplo de hipocresía. El dinero manda. Al parecer fueron los funcionarios suizos quienes tuvieron la idea de poner una “J” de color rojo en los pasaportes de los judíos alemanes con la finalidad de facilitar la identificación de los judíos en la frontera germano-suiza.

¿Por qué los alemanes no invadieron suiza?
Además, los suizos rechazaron en sus fronteras a unos 25.000 refugiados que huían de la persecución nazi. Una cifra muy alejada de un país históricamente tolerante. No hay que olvidar que fue el destino preferido de los hugonotes que huían de Luis XIV unos 300 años antes.

Aun así, y a pesar de las garantías del general Guisan, el gobierno suizo temía a Alemania y lo que los nazis pudieran hacer con su país. Por lo tanto, estaban dispuestos a hacer lo que fuera necesario para mantener Suiza neutral. 

Las empresas suizas produjeron armamento y material para la economía de guerra alemana. El país suministró diez veces más armamento a Alemania e Italia en comparación con los Aliados. Y, sobre todo, Suiza compró botín de guerra alemán en forma de valores confiscados y el oro perteneciente a los bancos centrales de los países ocupados y robados a los judíos. Los suizos ayudaron a transformar casi las cuatro quintas partes de todo el oro alemán en francos suizos altamente convertibles. Como resultado, Alemania pudo comprar materias primas estratégicas de España y Portugal. En 1941, Alemania recibió mil millones de francos suizos como crédito por la campaña rusa.

Hitler dejó a Suiza en paz porque el país le era más útil como una isla neutral en medio de un continente subyugado. No invadir el país mantuvo intactas sus conexiones financieras con el mundo entero.

¿Por qué los alemanes no invadieron suiza?
Además de todo lo expuesto, hubo otras razones por las que los alemanes nunca se molestaron en invadir el país helvético. Por un lado, hubiera sido demasiado costoso en términos humanos y materiales conquistar un estado tan montañoso. Hasta cierto punto, el general Guisan tenía razón. El ejército suizo habría podido resistir al gigante nazi durante muchos años antes de ser totalmente invadido. Los Alpes eran simplemente un obstáculo demasiado grande. Además, otras naciones pequeñas como los Países Bajos y Bélgica eran mucho más importantes estratégicamente en términos económicos y militares. Ambos países tenían acceso al Mar del Norte y sus economías estaban más o menos alineadas con el Reich. Si la invasión de Francia hubiera tomado más tiempo, quizás pudo haber sido diferente, pero Francia cayó en seis semanas. Poco después, los alemanes pusieron su mirada en el Reino Unido y más tarde en la Unión Soviética. Para entonces, los nazis habían disfrutado de la neutralidad suiza durante demasiado tiempo. Era simplemente más lucrativo tener una Suiza independiente a efectos financieros. Así que, por una vez, Hitler cumplió su promesa diplomática.

¿Por qué los alemanes no invadieron suiza?
A día de hoy, a los niños suizos se les enseña el mito de que fue gracias al miedo de Hitler a una guerra prolongada, en la que los suizos lucharían desde un bastión alpino que mantendría a salvo Suiza. La verdad es muy diferente. Si Napoleón logró conquistar a los confederados suizos, entonces Hitler, con su poder abrumador, habría podido hacer lo mismo. Lo que también es cierto es que, al final de la Segunda Guerra Mundial, más de 110.000 exiliados lograron cruzar la frontera Germano-Suiza, de los que unos 60.000 lograron huir a otros países.

Para saber más:
ABC
Wikipedia
La Brújula Verde
Swiss Community
My Switzerland
Bellumartis

domingo, 14 de julio de 2024

El archivo nazi de las brujas

La investigación esotérica y ocultista llevada a cabo por los nazis fue impulsada principalmente por Heinrich Himmler, el Reichsführer de las SS y la Ahnenerbe era la encargada de realizar cualquier estudio que demostrase el origen ancestral de la raza aria alemana. Las investigaciones sobre el ocultismo llevaron a la creación, en 1935, de un proyecto y un archivo llamado Hexenkartothek u Orden especial H. Este archivo de las brujas recopilaba todos los registros e informes relacionados con la caza de brujas realizada a partir de la Edad Media.

El archivo nazi de las brujas
Se sabe que Himmler era un gran creyente de las ciencias ocultas y posiblemente todo venga de una historia familiar. Un antepasado suyo fue acusado de culto al diablo y quemado en la hoguera a mediados del siglo XVII. Con esta historia familiar a sus espaldas quiso demostrar que las iglesias católica y luterana, con la quema de brujas, había pretendido eliminar el pasado milenario y las tradiciones germanas. A mediados del siglo XIX se inventó el mito de que habían muerto en la hoguera nueve millones de brujas y los nazis lo aprovecharon. En realidad, las víctimas en Alemania fueron unas 25.000, cuando el total no supera las 60.000 en todo el continente europeo.

El archivo nazi de las brujas
El archivo de las brujas también tuvo su origen, se inspiró en las investigaciones que llevó a cabo el principal ideólogo de las teorías raciales del nacionalsocialismo, Alfred Rosenberg. Este afirmaba que la caza y quema de brujas era una confabulación judía diseñada para exterminar la femineidad alemana. De hecho, rechazaba frontalmente el cristianismo por sus raíces hebreas, lo que no impidió que promoviera el llamado "cristianismo positivo", que establecería una transición del cristianismo a una nueva religión nacionalsocialista que iría transformando tradiciones sociales como la Navidad o la Pascua cristiana. Rosenberg creó el "Instituto para el Estudio de la Cuestión Judía" que investigaba la influencia judía en la cultura alemana para combatirla. A este organismo fueron a parar multitud de documentos sustraídos durante la "noche de los cristales rotos".

El archivo nazi de las brujas
Otro oscuro personaje que sirvió de impulso para el archivo fue Otto Höfler, miembro de la Ahnenerbe y desde 1936 perteneció al Consejo Asesor del Instituto Reich para la Historia de la Nueva Alemania (Reichsinstitut für Geschichte des neuen Deutschlands). De 1938 a 1945 tuvo la cátedra de estudios alemanes, folclore alemán y estudios nórdicos en la Universidad de Múnich. Anteriormente, realizó estudios pseudocientíficos que buscaban huellas en los vestigios lingüísticos y folclóricos que afianzaran espíritu alemán. Conceptos que regían gran parte del ideario nacionalsocialista. Höfler, además, sostenía que quienes practicaban la brujería ancestral germana eran auténticos guerreros que defendían sus tradiciones heredadas y que eran un modelo de la más rancia tradición alemana.  

La investigación del Hexenkartothek, dirigido por el SS-Untersturmführer Rudolf Levin, revisó hasta 1943, más de 250 registros documentales y bibliotecas en la búsqueda de cualquier información relativa a los juicios por brujería en Europa desde la Edad Media en adelante para reafirmar la tesis de la eliminación sistemática de la cultura y tradición germana por parte de la iglesia. 

Las investigaciones no podrían llevar a ninguna parte, pues los juicios y las ejecuciones de brujas en Alemania fueron llevadas a cabo, casi en su totalidad, por tribunales seculares. La brujería no era algo exclusivo de las mujeres: una de cada cuatro víctimas de la caza de brujas fueron hombres y la persecución no tuvo lugar solo en la Edad Media. Entre los siglos XVI y XVIII se produjo la caza más brutal. Cuando fue quemado el antepasado de Himmler.

Para saber más:
La caza de brujas de Himmler, de Joel Harrington. Historia Hoy, n.º 69
English Witches and SS Academics: Evaluating Sources for the English Witch Trials in Himmler’s Hexenkartothek
El País
Muy Historia
AC Prensa