
Los soldados estadounidenses inventaron una gran variedad de historias exóticas para la mujer a la que llamaron "Tokyo Rose", pero ninguna se acercaba a la verdad. Su nombre real era Iva Toguri, y en lugar de ser una agente enemiga, era una ciudadana estadounidense que había llegado a la radio casi por accidente. Más tarde alegaría que se había mantenido leal a su país trabajando activamente para socavar el mensaje de sus programas de propaganda.

Con Estados Unidos y Japón en guerra, Toguri se encontraba atrapada en un país que apenas conocía. La policía militar japonesa intentó persuadirla para que renunciara a su ciudadanía estadounidense y jurara lealtad a Japón, un camino que tomaron muchos otros estadounidenses que residían en Japón, pero ella se negó. Como resultado, fue clasificada como una enemiga extranjera y vigilada de cerca. Toguri pasó los siguientes meses viviendo con sus familiares, pero el acoso frecuente por parte de los vecinos y la policía militar la llevaron a trasladarse a Tokio, donde trabajó de secretaría. En agosto de 1943, encontró trabajo como mecanógrafa en la organización de radiodifusión Radio Tokyo.
Fue en Radio Tokio donde Toguri se encontró con el comandante Charles Cousens, un oficial militar australiano que había sido capturado en Singapur. Cousens había sido un exitoso locutor de radio antes de la guerra, y ahora estaba siendo forzado a producir un programa de propaganda llamado "La hora cero" para los japoneses. Desafiando a sus captores, él y los demás prisioneros de guerra habían estado trabajando para sabotear el programa haciendo que su mensaje fuera lo más risible e inofensivo posible. Después de entablar amistad con Toguri, quien ocasionalmente le traía suministros de contrabando, Cousens creó un plan para usarla como locutora. Para su propósito, su voz, era justo lo que necesitaba, era áspera, casi masculina, nada que ver con una seductora voz femenina.
Aunque inicialmente dudó ponerse detrás del micrófono, Toguri finalmente se convirtió en una participante clave en el plan de Cousens. A partir de noviembre de 1943, su voz fue una característica recurrente en las transmisiones de "Zero Hour". Toguri adoptó el papel de "Orphan Ann" y se aficionó a leer los guiones de Cousens en tono de broma, a veces incluso advirtiendo a sus oyentes que el programa era propaganda.
Las grabaciones y transcripciones sobrevivientes de los programas de Toguri indican que nunca amenazó a sus oyentes con bombardeos ni se burló que sus esposas les fueran infieles, dos de las estrategias favoritas de los propagandistas de la guerra.

Toguri interpretó su personaje "Orphan Ann" en " Zero Hour" durante aproximadamente un año y medio, apareciendo con menos frecuencia cuando se acercaba la rendición japonesa en 1945. Para entonces, se había casado con un portugués, Filipe D'Aquino y buscaba regresar a casa. Encontrándose en una situación financiera desesperada, cuando dos reporteros estadounidenses llegaron a Japón y le ofrecieron 2.000 dólares por una entrevista con la famosa "Tokyo Rose", ella se decidió ingenuamente a contar su historia. Sería una decisión desastrosa. Una vez que su identidad se hizo pública, Toguri se convirtió en la imagen de la propaganda japonesa y fue arrestada bajo sospecha de traición. Permanecería bajo custodia durante más de un año hasta que una investigación del gobierno concluyera que sus transmisiones no habían sido más que un entretenimiento inocuo.
Toguri intento volver los Estados Unidos después de su liberación, pero el sentimiento anti japonés en los Estados Unidos era aún muy alto. Varias figuras influyentes, entre ellas el famoso comentarista de radio Walter Winchell, comenzaron a presionar al gobierno para reabrir el caso contra ella. La campaña funcionó y en 1948 Toguri fue arrestada de nuevo y acusada de traición.

Toguri pasó seis años en una prisión para mujeres. Se reunió con su familia, se estableció en Chicago y comenzó a trabajar como empleada en el negocio de su padre, pero su reputación como "Tokyo Rose" continuó. En 1976, dos de los testigos clave de su juicio admitieron que habían sido amenazados para que testificaran contra ella. En esa misma época, el un miembro del jurado que la condenó dijo que el juez del caso les había presionado para que se emitiera un veredicto de culpabilidad.
Con la opinión pública a favor de Toguri, 19 de enero de 1977 el presidente Gerald Ford concedió el indulto total a Toguri, que por entonces tenía 60 años, devolviéndole la ciudadanía estadounidense. "Tokyo Rose", murió en Chicago en 2006.
Para saber más:
The Hunt for "Tokyo Rose", de Russell Warren Howe.
Vintag.es